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domingo, 27 de abril de 2014

Un alegato



Es un alegato, o ni siquiera merece así llamarse: defiendo que la pena de muerte, pase a ser algo prohibido en todo el mundo; ningún ser humano tiene derecho a quitar la vida de otro. Por eso cuando veo, cuando leo que hay personas que la exigen me lleno de desesperanza.

Dicen: Una vida quitada, debe pagarse con otra vida. La Biblia y el Corán reivindican la venganza, el “ojo por ojo” y “diente por diente”.

El Nuevo Testamento habla de poner la otra mejilla, si te dañan, si te ofenden, pero... la Iglesia como institución, no ha condenado jamás la pena de muerte.

Hay, desde mi punto de vista, un problema importante, en los países donde está instaurada: no es sólo vida por vida, también suelen castigar con pena de muerte a quien porta drogas (es lo más fácil del mundo, si alguien quiere quitarte de en medio meter en tu bolso o entre tus cosas algo de droga, y ya estás muerto, condenado). Si se critica a su casta dirigente y mil formas más de quitarte la vida.

Quizá para mí, la más importante sea que tienes que vivir en la mentira. Los países que tienen una religión en su Constitución o leyes, exigen que los ciudadanos, sean creyentes. Si tu religión no es la misma que impera en ese territorio, eres mal visto y podemos decir que despreciado por el pueblo humilde y por su casta sacerdotal.

Pero... lo más terrible, es que quieran meterse dentro de tus ideas y pensamiento, quieren obligarte a creer en lo increíble, quieren uniformidad. A lo largo de la Historia lo hemos visto en todas partes, en todos los países.


Lo más espantoso es hablar de este tema con personas religiosas (y ved que no nombro a ninguna religión determinada; en este tema, todas suelen ser iguales). Según ellas hay que creer en un Dios, si no es así, no puedes ser bueno, un ateo (no cree en la existencia de un Dios) o un agnóstico (cree que existe algo, pero desde luego, no lo que nos pintan en las religiones y los llamados libros sagrados).

Pero es un error de percepción, es un error porque eso es algo que las religiones machacan en las cabezas de sus fieles.

Tenéis que comprender, que es muy fácil ser bueno, esperando una recompensa en el otro mundo, creyéndose por encima de los demás, porque siempre tu religión es la verdadera (en realidad, es la que has mamado, con ella has crecido y no sueles dudar, aunque leas y veas cosas que te resulten incomprensibles).

¡Ay amigo! Lo duro en verdad es ser bueno, es hacer el bien, sin esperar nada a cambio. Pero, en ciertos países, no se conforman con aceptar este hecho, te condenan a muerte.

Seguiremos.


lunes, 7 de abril de 2014

Y el Papa dijo

Y dijo el Papa en su primer documento oficial, donde basa las líneas de lo que será su papado, entre otras cosas: el liberalismo a ultranza, el poder de los mercados, donde una élite muy minoritaria juega a sacar provecho de todo un pueblo, es maligno. Ahora que lo pienso, quizá el continente no sea exacto, pero desde luego sí lo es el contenido. 

Al que de todo se le está privando, donde a los ciudadanos solamente se les considera como consumidores, y cuando sus posibilidades ya no alcanzan para obtener los bienes que como cebo cada día nos ofrecen, somos apartados como apestados. 

Cada día se continúan dando desde nuestros hospitales el 60% de las cantidades que les corresponden a la sanidad privada.
 
Y ya os dais cuenta, que en muchos de ellos el enfermo ha de llevar sus sábanas, sus comidas, y pronto seguramente también sus medicinas. En algunos centros, han decidido que ciertos tratamientos, si son muy costosos, en personas mayores, son un gasto digamos que inútil. 

De la misma forma, si esa persona ha abusado de ciertos hábitos, considerados desde hace unos años perniciosos, pues tampoco merece la pena gastar en ellos. Se le dejará que la naturaleza, siga su curso. 

Ahora no voy a cansaros con largas parrafadas. 

 Hasta muy pronto, amigos. 



lunes, 10 de marzo de 2014

Tanto tiempo


Tanto tiempo ha transcurrido desde la última entrada, meses, pero yo siento como si varias capas de mi cuerpo hubiesen desaparecido. Algo físico, estoy asombrada. Igualito que si fuese una cebolla.

Comencé a desaparecer, cada día un poco más deprisa, junto con los desaguisados políticos. De pronto vi que los funcionarios, se quedaban sin pagas extras y con sus sueldos congelados in saecula saeculorum.



Después, rescatan la banca a nuestra costa. ¡Bravo!, pensé yo. Los ciudadanos que compraron un pisito al calor de la burbuja, lo han perdido; lo que pagaron de hipoteca ya devuelta, más el piso, todo para el banco (todos los pisos que tenía Bankia de estas personas, que no han podido finalizar los pagos, han ido a un fondo “Buitre” que es una empresa extranjera cuyo valedor más importante en esta dañada y destrozada “piel de toro” es el hijo mayor de Aznar, nuestro gran ex-presidente.

Y luego, amigos míos, vienen las preferentes. He visto fotos, he leído correos electrónicos, donde el Sr. Blesa se mostraba fascinado por cómo se habían vendido, con tanta facilidad (la Caja de Ahorros, ahora la maldita Bankia, era un lugar de referencia, donde los empleados ayudaban a los ancianos a hacer sus operaciones, y siempre les ofrecían lo mejor, donde estas personas iban con toda confianza, con la seguridad de encontrar ayuda, nunca una estafa).


Lo que ha sucedido, amigos, es que esos empleados fueron engañados a su vez, sufrieron el mismo expolio que los clientes, porque ellos a la vez, eran y han sido siempre los mejores clientes.

Todos los que estaban en el consejo de administración, eran personas sin conocimientos bancarios, pero eran los amigos de... los hijos de... los cuñados de... los compañeros de colegio de...
Y Bankia paso a ser el "solar de...". El fraude comenzó cuando politizaron la gestión de la Caja de Ahorros.

Otra capa se me fue cuando comenzaron a irse obligados nuestros jóvenes, nuestro futuro; algo mío se fue con ellos, porque conocía a varios. No es lo mismo que enfrentarse a una estadística, no señor. Así duele mil veces más.


¿Y qué queréis que os diga?, si es una corrupción tras otra ¿dónde está la gente normal? La que tiene ideales, aquella que pensaba legarles a sus hijos un país de más oportunidades, de más moralidad, con verdaderos valores.

Habrá gente que dirá, la culpa la tiene haber dejado a un lado la religión. Mentira amigos, os digo yo: aquel que es bueno, solo porque piensa en una recompensa o en un castigo final, maldito sea, no vale nada, nada


Continuaré
Besos.