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jueves, 16 de febrero de 2012

Una rápida e inaudita sentencia.

Cuado una sentencia del TS. hace llorar a los ciudadanos, es que algo está mal.
La Justicia, no debe ser ciega ni sorda, tiene que escuchar al pueblo. Se alude a que está basada en el Derecho Romano. Muy bien. Estas leyes en un principio eran recopilaciones del Derecho Consuetudinario (una recopilación del derecho hablado, no escrito). Las leyes comenzaron siendo en beneficio de aquellos que las imponían, bien reyes, nobleza, o el estamento religioso de cada momento. ¿Acaso aquellos juristas eran infalibles? ¡Por supuesto que no! Por ese motivo, porque la tierra estaba en poder de los senadores, los hermanos Graco (Tiberio y Cayo) intentaron sacar adelante una reforma agraria; ambos fueron asesinados. A su madre, Cornelia, le fue prohibido llevar luto por sus hijos.





 Al partido en el poder, le está sentando fatal que los ciudadanos critiquen y estén disconformes con tal “resolución”. Muchos de los españoles sentimos aflicción, desconsuelo, por la justicia ciega, esta que no ve ni oye, que condena a un juez por hacer su trabajo.


Qué vergüenza sentimos en nuestro orgullo herido, somos el hazmerreír de un mundo que se llama a sí mismo civilizado.

Un juez que causó estupor, por su valentía, dentro y fuera de España; ciertamente ha sembrado su camino de enemigos que se encuentran en todo el espectro político, a la vez que envidias profesionales, pero él ha continuado hacia delante sin miedo y sin ataduras, con la conciencia limpia del que sabe que ha hecho lo correcto.


En este momento,  hay montones de leyes que sólo benefician a los delincuentes, cortando las alas a nuestros defensores. Dejando estamos con el  “culo al aire” a aquellos que juraron defender al Pueblo. Y cuando la corrupción es a tan alto nivel y está involucrada gente muy poderosa, el riesgo es grande; quien intenta llegar a la verdad y castigar a los culpables, sin duda está en riesgo.

Nos hemos vuelto una generación de timoratos; aquél que se atreve a levantar la cabeza y siente orgullo por lo que hace, está en peligro constante. Hay gente rencorosa e inmoral, dedicada solamente a perseguir a los héroes, y cualquier argucia es buena; nos quieren corderos, con la cabeza baja dispuesta para el sacrificio.

¿Cómo se ha llegado a tal grado de corrupción en nuestra Piel de Toro?



La clase media en nuestro país está desapareciendo. Están: los muy ricos, más poderosos que nunca, y luego, los pobres y los más pobres. Así es ahora la estructura de este Estado. Una de cada cuatro personas está por debajo del umbral de la pobreza. Lo ideal, en las sociedades, es que los ricos sean muy pocos y también los pobres, la franja que quedaría para la clase media cada vez más grande.

Ciertamente la economía tiene sus picos y cada equis años sufrimos las alteraciones de los mercados. Pero esta vez, esta vez es diferente, el boom del ladrillo y quien le dio alas, nos ha arrastrado. Ahora es un sálvese quien pueda.


Os diré que en la Grecia Clásica, gobernaba un Arconte, que cansado de leyes injustas, impuso un conjunto de normas muy duras, fueron llamadas Draconianas porque Dracón era el nombre del Arconte. Ciertamente, se pasó un poco: la pena más leve solía ser la muerte. Tuvo que huir a Tesalia para librarse de su misma medicina.

Pero lo cierto es que estamos hartos de ver como los delincuentes campan a sus anchas, mientras que a la gente normal, se nos termina poniendo cara de interrogación.

Y cada época tiene sus grandes delitos; en esta que estamos inmersos, los relacionados con los capitales públicos deben y tienen que estar muy penados.

Sería interesante, aunque muy triste saber, cuántas personas se han suicidado por la crisis, en qué porcentaje han aumentado las disfunciones mentales. Pero eso, ni nos lo dicen, ni nos lo dirán jamás.

Hasta pronto amig@s.