.

.

lunes, 1 de agosto de 2011

Los templarios III



¡¡Hola amig@s!!

Voy a ver si puedo centrar mis ideas y terminar la tercera y última entrada sobre los templarios. Pero... al igual que los Haikus, el final es lo mejor. Y sé que a nuestra amiga Delia le va a encantar, o al menos intentaré que así sea.

Desde la Baja Edad Media, hasta nuestros días, (recordad a los Nazis, que estuvieron haciendo una batida espectacular, en el Sur de Francia) hay una búsqueda continua del llamado Santo Grial.

Pero... la realidad, es que nadie sabe exactamente qué es. Unos piensan que era la copa, ahora llamada cáliz, que utilizó Jesús en la Última Cena, y después fue recogida en ella sangre del Nazareno cuando estaba expirando. Aseguran unas fuentes que era un objeto de oro y piedras preciosas, o sea, sería un tesoro, por su valor monetario y sagrado.



Eso es una suposición errónea, si nos dejamos guiar por El Nuevo Testamento: pasó la Última Noche, en casa de un amigo bien situado, pero, copas de esa calidad, sólo las usaban los príncipes, o personajes muy poderosos. Por otro lado ¿os imagináis que macabra escena, una persona muriendo, en una cruz y otros dedicados a recoger su sangre, precisamente que casualidad, en la misma copa donde había bebido, unos días antes?

Y no voy a divagar más que luego se alargan mucho los temas.

Hacia 1960, salió a la luz una sociedad semi-secreta denominada Priorato de Sión, que intenta parecer ser la continuación de la Orden de Sión la cual fue formada por Godofredo de Bouillón durante la Primera Cruzada; al término de esta, fue elegido rey de Jerusalén.

Según una antigua leyenda, este rey sería el descendiente de los reyes merovingios que reinaron en una extensa parte de Europa; eran también llamados los reyes francos. Desde el siglo V esta estirpe permaneció en el poder más o menos tres siglos, hasta que los denominados mayordomos de palacio los expulsaron del trono ayudados por la Iglesia. El más famoso de esta nueva monarquía sería el emperador Carlomagno. Hasta aquí es Historia.

La leyenda surge de grupos esotéricos. Se basan en evangelios apócrifos. Hubo muchos, entre ellos se podía encontrar uno de María Magdalena (ya os conté en otra entrada, cómo la Iglesia había seleccionado los cuatro evangelios que más se aproximaban al ideario mental de la época y el “brete” en el que intentaron meter a su Creador - Dios - ).

Según estos grupos Jesús y la Magdalena (llamada así porque era de Magdala), junto con José de Arimatea (dueño de la casa donde Jesús había celebrado la Ultima Cena y también el poseedor del sepulcro donde Jesús había sido depositado después de su muerte), ante el peligro que representaban los judíos perseguidores de esta nueva secta, se habrían trasladado al sur de Francia. María acompañada de la descendencia de su unión con Jesús, y emparentado con los reyes merovingios (éste sería el Santo Grial, la descendencia de Jesús, su sangre transmitida a sus descendientes).


Por eso Godofredo creyendo en esta leyenda, que siempre su estirpe defendía, creó la secreta Orden de Sión y a la vez fue el promotor de la Orden de Los Templarios. De hecho de los nueve caballeros que fueron la simiente templaria, cinco pertenecían a la Orden de Sion y hasta varias veces los grandes maestres de ambas Ordenes fueron las mismas personas

La verdad es que los Templarios no fueron el brazo armado de la Iglesia, lo eran de la Orden de Sión, y también los que manejaban las finanzas de ambas órdenes, hasta su separación.

Hago un inciso para aclararos que Godofredo nunca tomó el titulo de rey, el que aceptó fue Defensor del Santo Sepulcro. Por lo tanto, el primero en obstentar dicho título, fue Balduino I.

Llegó la separación en 1188 un año después de la caída de Jerusalén en manos musulmanas. La Orden de Sión culpaba al maestre de los templarios de traición y de haber propiciado la caída del reino; se marcharon a Francia dejando a los Templarios a su suerte, participando estos en la batalla de Hattín donde la mayoría fueron exterminados. Mientras la orden de Sión, simbolizando su ruptura, talaron un olmo de ochocientos años en la ciudad de Gisols.

Fueron los Templarios los mayores promotores de la venta de reliquias, que aportaron a sus arcas ingentes cantidades de dinero en efectivo. De hecho vendieron tantos metros de la cruz donde murió Cristo que esta debió ser de varios Km o casi, pues no hay un centro religioso que se precie si no tiene un trozo de dicha cruz. Y así sucedió con todo lo que la imaginación de una época consideró sagrado.

Hay una secta que debe formar parte de esta entrada; es muy importante para aclarar el estado de la Iglesia en esa época y tiene el valor de situar la primera Cruzada de la Iglesia contra los mismos cristianos y haber implantado la Inquisición. Son los Cátaros.

¡Ay amig@s! Ahora escucho las noticias de las matanzas en Noruega, y el autor se declara templario, permanece con el ideal de hace X siglos.

La extrema derecha de los países del centro y norte de Europa, están asustados, temen perder sus raíces, su pureza de sangre. Les entiendo y va a ser así. Siempre ha habido movimientos de pueblos enteros, pero ahora es de indivíduos que no pueden vivir en sus países, la mayoría sabe que están en la única vida que tenemos y quieren vivirla.

Los países de la C.E. tienen mucha culpa de que esto suceda. Han estado apuntalando a los dirigentes de los países árabes, que son corruptos y se dejan comprar; cuando alguno no tenía precio, extendían bulos que dañaban su imagen; hasta que se moría de un disgusto o de un envenenamiento. ¡Qué culpables han sido nuestros dirigentes! Y el apoyo total sin fisuras, que se ha prestado al pueblo judío, a pesar de sus desmanes, de sus asesinatos y de estar aniquilando a un pueblo, el palestino, crueles, son tan desalmadas sus élites, se tienen en tan alta estima, que al mirar su historia en perspectiva quedas horrorizado de comportamiento como pueblo. Nunca nadie me produjo tanto miedo y desazón. Voy a cambiar de tema que con esto me deprimo y voy a continuar con los cátaros.

Hay otra cosa que me afecta grandemente. Historiadores  renombrados en el anterior régimen político, que al creerse muy religiosos (católicos) se regodean, se entretienen y justifican con las matanzas en nombre de la religión, me enerva cuando alguien está tan seguro, de que su fe es la única verdad y la defienden con la vida, y en el otro siempre ven al enemigo.

Amig@s esta entrada va a resultar demasiado larga. Por eso voy a cortarla aquí e inmediatamente pondré la siguiente y así tenéis para entreteneros unos días.

Besos, hasta pronto


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario