Amig@s, esta es ya sin duda la entrada que pone el punto final en la orden de los Templarios. Sin duda nos gustaría mucho a tod@s saber cuáles son sus objetivos o si son como células durmientes que un día nos aterrorizarán. Espero por nuestro bien que no sea así.
Y para terminar expondremos unas ligeras nociones del Catarismo: es un movimiento religioso que se propagó durante el S. XIII en tierras del Mediodía francés, especialmente en el Languedoc bajo la protección de nobles, vasallos estos de la corona de Aragón. Los miembros de este movimiento religioso fueron en su mayoría los componentes más destacados de la sociedad.
El pueblo llano continuaba reverenciando a la Iglesia Romana, no porque entendiese los fundamento de uno u otro movimiento religioso. Pero el hecho de encontrarse con unos personajes, vestidos con sedas de la mejor calidad, unos colores asombros (ellos, los campesinos, usaban sayas de fibras sin teñir, por eso el color de su vestimenta solía ser marrón, así se mimetizaban con la tierra y todo parecía uno) más las joyas que lucían.
Eso era más importante para ellos que las vestimentas humildes que llevaban los cátaros (puros).
No obstante, aunque el pueblo no se sintiera cerca de esa nueva religión, estaban unidos a sus amos, los nobles, y eran sus grandes defensores.
El Catarismo llegó desde la Europa oriental y ya estaban asentados hacia el año 1.012.
La herejía cátara tenía sus raíces en un dualismo radical, dos mundos en continuo conflicto; uno era espiritual creado por Dios y otro material formado por Satán.
El reino de Dios no es de este mundo, Dios creó cielos y almas. El diablo el mundo material, las guerras y la Iglesia Católica, jejejejeje (perdonad, pero es que tengo que reírme)
Creían los cataros que el pecado se produjo en el cielo, entre almas despistadas, jijijijiji (de nuevo pido disculpas), pero es que estoy oliendo a Menorca me voy otra vez con las chicas, y además es que las cosas serias no son para el verano. Allí pienso hacer una entrada sobre “pensamientos abisales” y también terminar un poemario (a ver si la inspiración llega) últimamente es que ni lo intento. Bueno sigo con los cataros.
El diablo tentó a estas almas despistadas y cayeron. Satanás les procuró una envoltura terrenal, para cubrir su verdadera esencia.
Creían en la reencarnación, hasta que su espíritu comprendiese que era un ser caído y debía volver a su lugar, el cielo de los justos.
Había que llevar una vida ascética sin ser corrompidos por el mundo. Los que así actuaban eran conocidos como Perfectos; estos se consideraban herederos de los apóstoles, anulaban los pecados y los vínculos con el mundo material de las personas.
La ceremonia de eliminación de los pecados se llamaba “consolamentum” y se llevaba a cabo en personas prontas a morir. Después el creyente era alentado para dejar de comer a fin de acelerar la muerte y evitar la contaminación del mundo (era una incitación al suicidio)
Se oponían al matrimonio con fines procreativos, consideran un error traer un alma pura al mundo material y aprisionarla en un cuerpo ¡Vamos! Que el cuerpo, sus deseos y necesidades, había que olvidarlos.
No comían carne, ni huevos (sí pescado, pues creían que era un fruto espontáneo del mar).
El A.T. era negado por ellos. Yahvé y Satán eran el mismo ser por sus “cualidades”, celoso, vengativo y Dios de la guerra.
Los nobles de la zona y los obispos locales apoyaban el movimiento.
Al principio el Papado intentó una conversión pacífica pero sin resultado. Mandó Inocencio III un legado papal, que excomulgaba a la mínima; era un ser abyecto y repulsivo. Osó excomulgar al conde de Tolosa, como cómplice de herejía, por proteger a los cátaros (pensad que la excomunión implicaba muchas cosas, cualquiera podía matarle, quitarle sus tierras, bienes y el rey sus títulos). Un escudero del conde mató al legado papal, se sumó gente y le hicieron trocitos, era mucho el odio que generaba.
Dijo el escudero que no actuaba por orden de su señor, pero el Papa enfurecido por este hecho, convocó a los nobles para dar comienzo a la cruzada contra los cátaros. Hacía tiempo que las cruzadas contra los infieles habían remitido (digamos que fueron un “fiasco” todas, excepto la primera) y los nobles franceses, en su mayoría del Norte de Francia, sedientos de lucha y guerra, se aprestaron al combate en nombre de Dios y su Iglesia.
El Papa decretó, que la tierra desposeída a los cataros podía ser confiscada a voluntad y aquel que combatiera durante cuarenta días a los herejes, sería liberado de sus pecados.
Es igualito que las fatwas de los imanes musulmanes, aunque estas tienen un atractivo poderoso para los hombres sensuales; no hay que olvidar las noventa y nueve vírgenes, siempre, que les esperan en el cielo, y los ríos de leche y miel; es una pasada, lo malo es que esto sólo es para los varones, por tanto para mí no tiene mucho atractivo.
Amigos me voy a perder un poquito. Acabo de recordar que está haciendo furor en España, entre las mujeres musulmanas, un libro escrito por un religioso saudita, para educar a la mujer musulmana, en cómo hacer feliz al hombre y las ves con su libro, en cualquier parte, como si fuese una “joya”. “Qué pena” cuando una persona no se valora a sí misma, pierde el respeto de los que la rodean, ya sea hombre o mujer; tenemos que querernos al máximo para que los demás también nos quieran. Pero no de una forma egoísta, con seguridad y comprensión hacia el prójimo.
La llegada de los cruzados provoca una situación de guerra civil en occitania. Iban exterminando a todos los habitantes de las villas fortificadas.
El señor feudal de Carcasona, Ramón Roger Trencavel, muere en su villa, y sus dominios son adjudicados al noble francés Simón de Monfort, maestre en aquellos momentos de los Templarios, los cuales respaldándole, perpetraron espantosas matanzas.
A partir de ahí, los cátaros fueron quemados en hogueras. Después de innumerales enfrentamientos armados y el despojo de los territorios y títulos a los nobles occitanos, se estableció la Inquisición, para poder extirpar totalmente la herejía en el año 1.229, y en 1.244, en la ciudad cátara de Montsegur, los líderes cátaros y más de doscientos seguidores fueron arrojados a la hoguera, junto al pie del castillo.
Amig@s, los cátaros ni poseían el Santo Grial (que aún no se sabe qué es) ni tenían relación con los Templarios, ni con los Hospitalarios, como se ha llegado a afirmar.
Los Templarios existen, están mimetizados con la extrema derecha, entre los masones y otras organizaciones más o menos secretas
Tenemos una organización bastante secreta llamada los Rosacruces. Está instalada en Sudamérica y muchos países europeos. Dicen ser los herederos de la Orden de Sión.
Ya os dejo que con esto tenéis para todo el verano.
¡Hasta pronto amigos!