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lunes, 20 de septiembre de 2010
Religiones comparadas de forma "lait", y desenfadada.
Como os prometí en la anterior entrada, voy a comentaros de forma ligera, desenfadada, y espero que atractiva, las llamadas Religiones del Libro. Estas son: Judaísmo, Cristianismo y Musulmana, He decidido comentar sólo estas, porque son las que realmente están en la base de nuestra cultura. Aunque todas han nacido en Oriente Medio.
Cuando mi madre, que era una mujer de mente muy abierta, consideró que mi hermana y yo estábamos lo suficientemente formadas para leer la Biblia, nos compró sendos tochos; son de color granate las tapas y la funda. Está escrita en papel biblia y tiene 1530 páginas. Ya sabéis, con los cantos dorados y papel finísimo. De tanto usarla, varias veces se me ha caído al suelo y el lomo está despegado.
Me gustaba mucho, es un tema muy interesante para mí. Varias veces lo leí y lo que más me gustaba, era el llamado Antiguo Testamento. Veréis… para un historiador o futuro historiador, la Biblia, es un libro muy importante.
Aquí he de hacer un inciso, como ya sabéis, y os lo de dicho a veces, mi deseo al escribir este blog es haceros sonreír y divertirme yo a mi vez. Es un guiño a la pacatería de esta sociedad, que condena a la mujer madura a estar aislada cuando ha perdido a su pareja. Pues bien amig@s, cuando un familiar muy cercano me ha comentado que mi vida era muy liberal, me ha hecho daño. No pensaba que las boutades (salidas, ocurrencias) que narro fuesen creídas por ninguno de mis amigos o familiares. Por lo tanto, os haré una declaración, jurada: Nunca he desayunado, comido o cenado, con ningún homo. Lo más grave que he hecho, ha sido tomar un café en una cafetería.
Los amigos jovencitos existen, pero lo único que hago es chatear con ellos para darles consejos, como si fuese su madre.
Amig@s, en ningun momento he salido o saldré con un jovenzuelo, me parece algo anormal, salir con alguien que puede ser mi hijo. Necesito compartir ideas similares, experiencias, vivencias… toda una serie de cosas que es imposible que personas de tan distinta edad puedan compaginar. Amig@s, estoy decidida a no salir con nadie, hasta que no crea que esa persona puede ser la indicada para ser mi compañera de viaje. Y tambien es posible que este blog sirva de criba para saber qué personas están a mi lado, me conocen, me aceptan y quién no.
Me gustaría que dieseis un repaso a la vida de las Hermanas Brönte; fueron las más famosas novelistas del siglo XIX. Vivieron semienclaustradas y murieron todas muy jóvenes.
Y ahora Amig@s tras disculparme con las personas que no me conocen, por intentar fantasear un poco, enlazo de nuevo con el tema de esta entrada.
Os decía que los historiadores o futuros historiadores nos acercamos a la Bibia con una gran curiosidad.
Tenemos por un lado, el primer libro escrito sobre la saga de un pueblo, su religión, costumbres, peculariedades y normas seculares.
La religión es tratada como parte de la mitología. Lo más importante es el desarrollo mental, la evolución de todo un pueblo en su conjunto.
El Tnakh es la Biblia hebrea. Los cinco primeros libros componen la Torah (Pentateuco); son los escritos fundamentales de los judíos de la antigüedad. La leyenda los atribuye a Moisés y creados por inspiración divina.
La Biblia es una compilación de textos que en un principio eran documentos separados (llamados libros) escritos primero en hebreo, arameo y griego, durante un periodo de tiempo muy dilatado y después reunidos para formar el Tanakh (Antiguo Testamento para los cristianos). Estos añadieron el Nuevo Testamento. Ambos Testamentos forman la Biblia cristiana.
El Antiguo Testamento narra la historia de los hebreos.
El Nuevo Testamento, la vida, muerte y resurrección de Jesús, su mensaje y la vida de los primeros cristianos. El N.T. fue escrito en griego. En él se cita con frecuencia el A.T. de la versión de los Setenta (esta versión fue escrita en Alejandría –Egipto-). El nombre de LXX, en latín Septuaginta, se debe a que debía redondearse a 70 el número total de sus 72 presuntos traductores. La leyenda refleja que por mandato del Faraón, Ptolomeo II Filadelfo (284-246 a.C.), dichos sabios trabajaron por separado y aislados la formación de un compendio de los textos sagrados del pueblo judío. Según la misma leyenda la comparación del trabajo de todos reveló, que los sabios habían coincidido en su trabajo de forma milagrosa.
Seguramente, este mandato del faraón no sería para avivar la fe judía; más bien para aumentar con estos textos la Biblioteca de Alejandría.
Bueno, amig@s, lo más pesado ya se ha terminado. Ahora vamos con las curiosidades.
En primer lugar, tenemos a Lilith.
El origen de Lilith, parece hallarse en Mesopotamia. Los judíos exiliados en Babilonia, llevaron a su tierra de origen, la creencia de esta criatura ¿maligna?
La única mención en la Biblia aparece en Isaías 34:14.
En la Biblia de Jerusalén, es mencionada una vez, y es que había que cercenar su nombre del texto sagrado ya que ella con su cuestionamiento, invitaba a la rebelión.
Leyendo la Biblia nos enteramos que allí están escritas dos versiones de la creación del hombre. En el capítulo primero del Génesis se dice: y Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó, por lo tanto la mujer y el hombre fueron creados al unísono.
En el capítulo segundo, la leyenda de Lilith fue incluida en algunos textos judíos tradicionales.
Según la tradición popular medieval, abandonó a Adán y se fue a las cercanías del mar Rojo, donde se emparejó con varios demonios. Tambien cuenta que Adán fue hecho de polvo mientras que Lilith de excrementos y podredumbre.
Después de la huída de Lilith, ante la insistencia de Adán que deseaba una compañera como todos los animales la tenían, Dios le durmió, sacole una costilla y con ella formó a Eva. Cuando Adán despertó se alegró muchísimo, y la llamó varona; y dijo: esta si es carne de mi carne y sangre de mi sangre.
Después llega la caída en pecado por desobediencia. ¿Pero… amig@s? ¿Por qué puso el Creador esa tentación en el camino de esta pareja? Todos los avances habidos hasta la fecha, se han debido a la curiosidad, y a la necesidad. ¿Cómo es posible que una falta cometida por la primera pareja, conlleve la culpa para todos sus descendientes?
Se me olvidaba hablaros de Caín. Fue el primer hijo. Las malas lenguas del pasado, refieren que era hijo de Eva y Lucifer, o el Ángel Caído, o como queráis llamarle.
El caso es que se dedicaba a cultivar la tierra. Nació Abel, y fue pastor o cazador (relacionado con los animales). Ambos ofrecían lo mejor de sus primicias a Yahvé; Caín, sus espiguitas, frutas…esas cosas y Abel, corderitos, los más presentables, y más animales que cuidaba. Pero amig@s, el Creador, cuando Caín formaba una fogata y allí quemaba, sus ofrendas, Yahvé, fruncía el ceño y le miraba con gesto adusto, el humo se expandía por todas partes, pero ninguna hacia arriba. Abel, quemaba sus corderitos, y Yahvé feliz y contento, hacia que el humo llegase directo hasta el cielo.
Caín estaba mohíno y enfadado (creo que con razón), pues el Señor no se comportaba de la misma forma con ambos. Y encima Yahvé, le daba” la vara” diciéndole que el diablo estaba tras sus actos y regañándole sin motivo. Además su hermanito se burlaba de él.
Así que un día, harto de todo (la leyenda narra que con una quijada de asno), mató a Abel. Yahvé le condenó a vivir errante durante toda la vida. Este personaje, era muy apreciado por Saramago. Escribió un libro sobre él, llamado “Caín”.
Después… amig@s, parece que los hombres, empezaron a multiplicarse y tuvieron hijas, y digo yo: ¿se multiplicaron ellos solitos? no aparece ninguna otra jovenzuela excepto Eva, que no creo que diese para muchas multiplicaciones. Además consta en el A.T. que tuvieron tres hijos, varones, sólo varones ellos. ¿De dónde salieron tantos hombres? ¡Ay amig@s! por eso a la Iglesia como institución, le horroriza que una persona no docta como yo, pueda tener una Biblia en las manos y hacerse unas preguntas tan estúpidas.
De repente aparecen unos hijos de Yahvé, que dijeron: “qué chavalitas más guais”, y se unieron con las más macizas, como diría un amigo que es un cielo, al que quiero muchísimo. ¿Quiénes serían esos hijos de Dios? ¿Serían los angelitos, disfrazados de homos? ¿Y por qué no hizo Yahvé también angelitas? ¡Dios… que lío tenía armado!
Y las muchachuelas se quedaron con tripita… y esos nenes fueron los antiguos héroes de la primera edad. Tambien había gigantes. Tal melé sobrepasaba lo razonable, las hijas de los hombres, liadas con los hijos de Dios, y los gigantes todos revueltos. ¡Qué pasada!
Ni Dios mismo lo aguantó, y pensó… esto es un desatino; lo mejor es terminar con todos y me quedo tranquilito, como estaba al principio.
Pero… había una familia de buenazos, que seguían el camino recto. Noé era el padre de esta unidad familiar, y a él le contó lo del Arca de la Alianza. A Yahvé le gustaba mucho eso de las alianzas; siempre estaba haciendo alguna.
Y llegó el Diluvio. Tenéis que saber, que en la amplia zona de referencia, se unen al final los grandes ríos Eufrates y Tigris, y las inundaciones eran algo común en aquel lugar.
Tenemos la torre de Babel y la confusión de las lenguas.
Amig@s, los judíos habían sido llevados por la fuerza a Babilonia y destrozado su sagrado templo.
El odio hacia los babilonios era total. En aquel tiempo toda la zona ahora conocida por Irak, estaba dividida en pequeños reinos; algunos dioses eran comunes y otros diferentes; predominaban las diosas, por estar más unidas a la naturaleza. Torres como la de Babilonia había en todos los reinos grandes o pequeños; en ellos, se celebraban rituales de bodas sagradas para que la diosa concediese una buena cosecha. Se unía el rey a la sacerdotisa en esta ceremonia. Tambien las torres eran usadas como lugares de estudio del cielo. El material con el que eran construidas era arcilla, por eso, en muy poco tiempo se estropeaban. Entonces construían otra torre sobre la anterior.
De la cantidad de información aparecida en los últimos tiempos, se deduce, que la mayoría de los textos sagrados judíos están copiados (con ligeras alteraciones) de las antiguas leyendas y mitologías de la zona de Babilonia.
Aparece Abraham con el que Yahvé (Dios) hace una alianza. Le pide que deje su pueblo (Ur), su parentela, la casa de su padre y le dice “encamínate a Canaán. Esa tierra te daré a ti y a tu descendencia”. Pero… Amig@s, aquella… no era una tierra vacía: allí vivían los cananeos. Parece ser que como la alianza era con este señor, los cananeos no contaban. Los filisteos, y otros pueblos de la zona no contaban.
Como veréis amig@s, los problemas los iba liando Yahvé de uno en uno.
Abraham decidió, después de estar un tiempo en la zona, emigrar a Egipto, pues en la tierra cananea había una gran hambruna.
Pero… su mujer, Sarai, estaba como un queso, y este santo varón decidió presentarla como su hermana, para que no le quitaran a él la vida (para quedarse con ella).
El faraón, se enteró de la belleza de esta señora y la tomó por mujer.
Yahvé, se enfadó, se enfadó mucho, y empezó a mandarles plagas, muerte y destrucción. No sé como se enteraría el faraón de que Sarai era la esposa de Abraham; el caso es que le llamó y recriminole por no haber dicho que era su esposa. Se la entregó y también montones de animales y otras riquezas. Marchó hacia el desierto del Negueb, supercontento, con tanta riqueza dada por faraón. Pienso que su tienda (donde se alojaba) sería de un tamaño proporcionado a los cuernos que portaba.
Moraleja de esta historia: Si tu mujer está como un tren, déjala que se divierta un poco; vuelve con más experiencia, y además te puedes encontrar con una pasta gansa. Lo de los cuernos, es algo psicológico, todo el mundo se acostumbra.
Pasado el tiempo, Yahvé se le apareció en sueños y de nuevo hizo un pacto con él. Esta vez fue más lejos: le dibujó un plano mental de lo que sería la tierra de sus descendientes, pero… allí había habitantes. ¡Qué importaban si no eran del tronco de Abraham! Y todavía este no tenía ningún hijo; por eso, su esposa Sarai, le dijo: soy estéril, no tengo ningún hijo. Entra, o penetra en Agar mi esclava y así por su mediación podré tener hijos. O sea, eso fue como un vientre de alquiler actual, pero sin alquiler, pues era su esclava, era una cosa, una pertenencia más.
Concibió la esclava y miraba por encima del hombro a su señora. Esta se quejó a su marido y él le dijo: es tu esclava, haz con ella lo que quieras. Sarai le llamó la atención, le dijo que las cosas no eran así… que cuidado… entonces… Agar asustada salió huyendo.
Junto a una fuente la encontró el ángel de Yahvé y le dijo: vuelve con tu señora, vas a tener un hijo, le llamaras Ismael y será un onagro (mamífero de la familia de los équidos, de un metro de altura más o menos, vive en Asia) de hombre. Su mano se alzará contra todos y las de todos contra él. ¡¡Amig@s, qué marrón le cayó al pobrecito!! ¡¡ Y hay que tener mal café para hacer una criatura así, como un burrito chiquitito!!
Ella se creía que Dios mismo le había hablado, y eso no está muy claro.
Volvió, claro que volvió, tuvo un hijo y fue llamado Ismael.
Cuando Abraham tenía noventa y nueve años, se le apareció de nuevo Yahvé, y a renovar el pacto. Por parte de Dios se ponía a disposición de Abraham y su descendencia, todas las tierras de Canaán y sus alrededores. Que también estaban habitados, pero eso no era problema, se les liquidaba y listo.
Por parte de Abraham, tenía que circuncidarse, él y todos sus allegados, sus esclavos y hasta el último gato (pero eso lo venían haciendo desde el comienzo de los tiempos en esa zona, era una forma de limpieza, de evitar futuras enfermedades).
Como todos sabéis, Jesús tambien fue circuncidado. Pero el prepucio (piel que recubre el final del pene) de Jesús debía ser especial, porque la mayoría de iglesias importantes tienen un trocito de él. Calculo a grosso modo, que serían un par de metros por lo menos.
Yahvé siempre estaba de visita. Se acercó en otra ocasión a Abraham y le comunicó que iba a ser papá, y Sara (ya le había cambiado el nombre, y no sé porqué) mamá. Este señor, ya tenía noventa y nueve años y ella estaba en la noventena, y ella se tronchaba de risa, decía algo así como “pero si a mí ya se me ha pasado el arroz”. Pero… como Yahvé era tan suyo, le dijo que sí; que por esas fechas lo tendría el próximo año.
Dos ángeles que le acompañaban se fueron hacia Sodoma y Gomorra. Querían ver in situ, los clamores que llegaban a sus oídos sobre la maldad de estas dos ciudades. Yahvé se quedó de charleta con Abraham y como eran amiguetes, le contó que los iba a destruir (por malos, viciosos, y por todo). A Abraham le dio pena y empezó el regateo que tanto gusta en los países de la zona, ¿Y si hay… tantos buenos? Y no había. Bajando más ¿y si hay…? Que no, que no había; sólo estaba un sobrino de nuestro protagonista, que se llamaba Lot, así que, Yahvé sacó a Lot, su mujer y sus hijas y destruyó las dos ciudades.
Me pregunto amig@s míos, ¿en esas ciudades, no había niños? ¿Acaso debían pagar por el vicio de sus padres? Otra vez estamos con el mismo problema. Somos seres individuales, ¿por qué debemos pagar las culpas de otros seres? Eso es algo incomprensible para mí.
Sara tuvo un hijo. Le llamaron Isaac. El Creador dijo que con su estirpe, establecería el pacto. Ya tenemos otra melé: era el segundo hijo. Lo normal, en aquellos tiempos sería hacerlo con el primogénito. Pero… no, eso era muy fácil, y las cosas había que complicarlas.
Bueno, mientras, Lot y su familia salieron de esas ciudades, pero Yahvé había ordenado no volver la vista atrás; la mujer de Lot, no pudo contener la curiosidad, y quedó convertida en una estatua de sal. ¡¡Jopeé!! Que diría el mismo amigo de antes. ¡Vaya tostada! En una cueva, el padre y las dos hijas, y ellas querían tener bebés. Lo que hicieron, fue emborrachar a su papi y acostarse con él. Ambas quedaron encintas y tuvieron su descendencia.
Volvemos al protagonista. Cuando estaban en el banquete celebrando el destete de Isaac, parece que Ismael se burló un poquito, quejose Sara a su esposo y le pidió que los echara, a la esclava y a su hijo, pues no quería que Ismael recibiese la misma herencia que su hijo.
Los despidió Abraham, con gran dolor de su corazón, por perder a su hijo.
Pasado el tiempo, el Creador, que no se podía quedar quieto, llamó a Abraham y este contestó “Heme aquí”, “Quiero que me ofrezcas a Isaac tu unigénito en holocausto”. Pero… esa palabra significa único hijo, y el tenía otro más mayor.
Esto vamos a aligerarlo porque me pone de los nervios.
Cuando este señor iba a descargar su cuchillo sobre el cuello de su hijo, aparece un ángel y le dice que era una prueba, y le da un corderito para que lo ofrezca en lugar de su hijo. El caso era hacer sangre, de quien sea. Esos sacrificios cruentos que solicitaban los dioses en la antigüedad, ahora nos ponen los pelos como escarpias. ¿Os imagináis que viene Dios y os pide ese sacrificio? De vuestro único hijo porque, estando la vida como está, no podemos tener otro. Saldríamos por patas a poner una denuncia por lavado de cerebro, por estafa emocional, por… querer que cometiésemos un asesinato. Yo no sé vosotros, pero si me sucediese a mí, ¡armaría la de Dios!
Continuaremos en la próxima entrada, pues esto da para mucho más y no quiero cansaros.
Adiós amig@s.
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