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miércoles, 22 de septiembre de 2010
CONTINUACIÓN
Explicación del Video: Amig@s, os parecerá que este vídeo no está en la onda de mi forma de pensamiento. La verdad, es que al comentarlo con el autor (Amanlord), éste me dijo que a él tampoco le gustaba la muerte de un toro, pero que era otra cosa; se trataba de las tomas de un aspecto de la llamada “Fiesta Nacional”, y no había ninguna escena que pudiese herir la sensibilidad de nadie.
Entonces, vi el vídeo dos o tres veces. Después… escuché la música con los ojos cerrados (que es lo que debéis hacer vosotros), y me enamoré de esa música tan maravillosa, que tiene una fuerza espectacular y de entre los acordes aparece la delicadeza hecha obra de arte.
Los toreros, suelen ser personas que en un grado u otro se relacionan con el mundo del toro. Para ellos es irresistible la llamada de este enfrentamiento entre un toro y un torero.
Recordad que la fiesta de los toros fue introducida por los árabes en España, e incluso, el Cid Campeador, pidió permiso, cuando había una de estas fiestas, a las autoridades árabes, para lancear un toro. Antes, se los liquidaba a lanzazos.
Ahora os contaré algo personal: En una ocasión, fui a una capea, con mi querida hermana y nuestros respectivos maromos.
Salió el torito, tan majo, tan alegre, juguetón, parecía un onagro de torito (burrito pequeñito). Mi hermana y quien os lo narra, nos miramos… ya sabíamos lo que deseábamos, ambas. Saltamos a la plaza, y con un capote que había por allí, nos pusimos al alimón a darle capotazos al torete.
Nuestros chicos, decían, “¡volved! que os va a dar o pisar” pero ellos no se movían de la barrera.
Querid@s, nunca he tenido más miedo, más sentimiento de poder; era una explosión de júbilo. Que tuvimos que dejar, pues los chicos se estaban volviendo locos.
Ante la belleza de algunos ejemplares, viene a mi memoria la Leyenda del Minotauro de Creta. A grandes rasgos os diré, que Minos, con la ayuda de Poseidón, logró tomar el poder en la isla. Para celebrarlo, Poseidón hizo salir de las aguas un magnifico toro blanco, para que Minos lo inmolase en su honor, pero… era un ejemplar magnifico, le escondió entre sus rebaños y mató a otro en su lugar creyendo que Poseidón no se iba a dar cuenta.
Al ver el cambiazo, se enojó (ya sabéis como se enojaban los dioses, eran terribles) e hizo aparecer un deseo incontenible de intimidad carnal en Pasifae, la esposa de Minos, por el hermoso toro. No sé como lo arreglarían (se cuenta, pero yo no me lo creo, porque el aparato reproductor de estos animales tiene un tamaño de acuerdo con su cuerpo). Al cabo del tiempo nació el Minotauro (cabeza de toro, cuerpo de hombre, y el alimento carne humana). Quizá os lo cuente en profundidad en otra ocasión.
Continuación del anterior tema.
Vamos a hacer un pequeño resumen de lo que ya sabemos:
La Prehistoria, es el periodo donde no encontramos ningún texto escrito.
En cuevas y parajes cubiertos, encontramos dibujos, algunos muy buenos, pero predominan los signos, las manos, vulvas y algunos penes.
Las figurillas encontradas suelen referirse a símbolos femeninos, como mujeres de grandes senos y enormes caderas, pronunciación exagerada del sexo femenino. También algunos símbolos fálicos.
Al terminar el cuarto milenio A.C., en la zona de Mesopotamia encontramos Ciudades-Estado, con escritura, dioses ya consagrados por la población, estatuillas de todas clases etc.
Casi al mismo tiempo vemos la misma evolución en Egipto.
Amig@s, sabéis que cuando comienza la escritura, ya sea en arcilla, en algún metal, o papiro, entramos en la Historia. Pero… esto es muy complejo. Cuanto más avanzan las excavaciones y en zonas más amplias, aparecen nuevos signos de civilización. Por eso, no podemos datar con gran precisión, cuando esta comienza.
Lo que sí sabemos es que la cultura llega acompañada de religiones más o menos elaboradas y es que el “homo” se sentía insignificante, y necesitaba saber que sobre él, un poder omnipotente le protegía.
La primera religión monoteísta de la que tenemos datos fehacientes, es la introducida por Amenofis IV, que cambió su nombre por Akenaton. Su padre, Amenofis III, ya tenía elaborada, más o menos, esta nueva religión, pero murió joven y no pudo ponerla en práctica.
La representación de este dios es el gran disco solar Aton, que con sus rayos envía la fuerza vital, que hace crecer animales y plantas, da calor al mundo y comunica el espíritu y la bondad.
Los antiguos textos que componen el A.T. son copias más elaboradas de los escritos encontrados en la zona de Mesopotamia.
Representan a un dios celoso, vengativo, cruel, solicitador de sacrificios sangrientos, que elige a un pueblo y solicita de éste alianzas y total sumisión.
El resto de la humanidad, no le concierne, y cuando se cansa destruye ciudades, personas y naturaleza.
Como os habréis dado cuenta, tiene todos los defectos que cualquier hombre en esa época tendría, lo que nos lleva a sospechar que la imaginación de los hombres es grande, que los dirigentes de los Estados pretendían imponer una serie de tabúes, que serían interesantes para mantener en el poder a una clase sacerdotal, compuesta por los mismos reyes y sus allegados.
Vamos a continuar con la leyenda de Moisés a grandes rasgos.
Veréis amig@s, en Egipto no está constatado que hubiese esclavos. Los habitantes del país del Nilo, trabajaban la tierra y cuando terminaba la recogida de los frutos, entonces se dedicaban a la construcción de pirámides y santuarios religiosos. Por su trabajo percibían un salario, que ha quedado reflejado en las tablillas halladas en los pueblos que se construían para los obreros cerca de las edificaciones.
Moisés no está documentado fehacientemente en ningún escrito egipcio (ellos hasta la cosa más nimia, la anotaban).
La primera plaga era convertir el agua del Nilo en sangre (aquí exageran un montón: ponen las de todos los ríos, las de las casas, en fin, todas las aguas).
Cuando llega la subida o crecida del Nilo, todos los años se produce un estado de enrojecimiento de las aguas, por la composición de las calizas rojizas del lecho.
La segunda plaga fue llenar de ranas todas las tierras de Egipto (sin documentar). Supongo que el pueblo egipcio comería ranas durante unos días. Ya sabéis, que las ancas de rana son una exquisitez carísima.
La tercera y cuarta plaga eran parecidas. Primero mosquitos, después tábanos.
Quien haya estado en Egipto habrá podido comprobar que ese es el estado normal del país: insectos de todo tipo pululan por el aire.
Además, en una visita que hice a un mercado de carne, no la vi, estaba toda recubierta de insectos. Cuando me percaté de aquella horripilante cosa salí corriendo y gritando;
Pero… el ruido y los gritos habían alertado a los insectos, y todos nerviosos creo que me seguían. ¡Que día! amig@s ¡que día!!!!!!!!!!!!.
Quinta plaga. Mortandad de todos los animales de Egipto (los de los hijos de Israel, todos vivitos).
Sexta plaga, polvo sobre todo Egipto. Producía llagas y purulencias en los hombres y animales (parece que ya había otra vez animales). En Kuwait, donde viví varios años, parece ser que éramos castigados todos los años varias veces con esta plaga que cegaba a la gente. Luego venían a España para que en la clínica de Barraquer les curasen. Esta clínica se ha hecho de oro con tantos pacientes de los países árabes.
Séptima plaga, truenos y granizo en cantidad, ¡qué pasada, este Yahvé! (que por cierto había endurecido el corazón del Faraón para que su poder luciese al máximo).
Octava prueba. Langostas por todo Egipto. Tengo oído durante mi estancia en países árabes, que eso era algo muy normal. La gente ponía ollas de gran tamaño con agua hirviendo, y después las escurrían, les quitaban la cabecita y las alas y se las comían como pipas.
Novena prueba. Densas nieblas que impedían la visión de unos a otros.
Décima prueba. Muerte de los primogénitos de todos los egipcios, desde el hijo del faraón, hasta el de la última esclava. Y todos los primogénitos de los animales.
Antes había ordenado a los hijos de Israel, que pidiesen oro y objetos de valor a sus vecinos. Por donde pasaban estos señores, tenían que salir cargados de riquezas.
De nuevo puso dureza en el corazón del faraón que no quería quedarse sin sus ¿esclavos? ¡Que no había esclavos en Egipto! ¡Jopé! qué plastas y que repetitivos, los que escribieron, estas… boutades (tonterías amig@s).
Extendió su cayado Moisés, parece que sobre el mar Rojo. Sus aguas se separaron. Pasó todo el dichoso pueblo y hay que ver desde el comienzo como pueblo hasta ahora, la de gente que se habrán cargado, y todo por ocupar unos territorios dados a mala conciencia, solo para jorobar a todo el mundo.
Pero… si ellos procedían de Ur (que estaba en Mesopotamia) por qué no se quedaron allí, estos liantes.
Cuando pasaron, los soldados del faraón se internaron en el mar (si hubiesen dicho de un riachuelo… pero Yahvé hacía todo a lo grande), entonces… con un mal café que tenía este Moisés, otra vez con la varita, hizo que las aguas se cerrasen, ahogando a todos los soldados del faraón. No dicen si el faraón tambien se ahogó.
Pero amig@s... hechos tan truculentos, no los hubiesen dejado sin datar. Eso es imposible.
Ya seguiré en otro momento con este señor (que era tartamudo y por eso llevaba siempre a su hermano Aaron con él. Para que el hermanísimo dijese todas las brutalidades que seguían este camino: Yahvé a Moisés, éste a Aaron, y él soltaba todo por su divina boquita).
Ahora voy a contaros un hecho verdadero. Cuando… por culpa de las presas hechas en el río Nilo, las aguas crecían y crecían de nivel, la mayoría de los países europeos, mandaron a sus egiptólogos para ayudar a trasladar los templos que iban a quedar sumergidos bajo las aguas. El trabajo era numerar las piedras, desmontarlas y trasladarlas a un sitio más alejado donde volvían a construir los templos. Los egipcios, agradecidos, dieron a cada país un pequeño templo por su ayuda.
A España, le correspondió una birria de templo, eso no era ni templo ni nada, parecía más bien una mesa de ofrendas, y los nuestros se habían dejado allí la piel. Estaban los templos en piezas, numeradas para embarcar, en el atracadero de los barcos. Pero… el director de nuestra expedición que era un hombre de muchos recursos, orgullo y a la vez pillería… A los franceses les había correspondido un templo precioso, y este pillo, cambió la numeración de los pedruscos. Todo el mundo vino desolado y disgustado, porque durante años habían trabajado muchísimo, y los franceses ni una décima parte. Claro está que los franceses, eran los franceses. Y los nuestros se pusieron a la tarea de descargar las piedras birrias del barco. Pero enseguida se dieron cuenta que eso no era la patata regalada; eso era el templo que iba para los franceses (o sea, amig@s el precioso templo de Debod.
Los franceses, protestaron y volvieron a protestar y aquí amg@s dijeron: a lo hecho pecho, y se quedaron con el bonito templo (ahora estamos esperando que sea cubierto por una cúpula transparente, para que la polución no lo afecte).
En la próxima entrada terminaremos con estas dos religiones. En la siguiente, o sea en la referida a la Musulmana, os contaré cosas alucinantes. Que os dejaran con la boquita ligeramente entreabierta.
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